Educar para prevenir.

En Educadores, Padres de Familia por Ale Prieto

Captura de pantalla 2017-01-23 a las 4.33.27 p.m.La tecnología ha traído grandes avances para la humanidad, sin embargo, no imaginamos los riesgos que ésta podría implicar en la vida cotidiana de las personas, sino hasta ahora que estamos siendo testigos de las consecuencias de cómo la falta de control y de educación en el uso adecuado de la misma, puede poner en peligro, a niños, jóvenes y adultos.

Cuando somos testigos de casos de violencia entre menores de edad y que se manifiestan en la manera en que éstos se conducen e interactúan entre sí, ya sea en el colegio, en las fiestas, en las redes sociales o en otros espacios de convivencia, no podemos suponer que es una sola causa la que provoca estos eventos, puesto que estas situaciones generalmente tienen un origen multifactorial.

Esto, por supuesto, no es pretexto para no responsabilizarnos como ciudadanos de un mundo global del que formamos parte culpando al entorno, en lugar de trabajar unidos como sociedad para construir soluciones que aporten y prevengan a las nuevas generaciones de los riesgos que, en ocasiones, las nuevas tecnologías pueden implicar.

El expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, dijo: “Si piensan que la educación es cara, esperen a ver lo que la ignorancia puede costar”, lo cual es totalmente cierto; si no nos tomamos el tiempo para educar a los chicos y chicas en el desarrollo de habilidades sociales, de control emocional y cognitivas como son el pensamiento crítico, la solución de problemas y la toma de decisiones asertivas, seguiremos enfrentando las consecuencias de un mundo virtual que avanza y se transforma a pasos agigantados sin límites y que peor aún, hoy ya desencadena en actos violentos.

Desafortunadamente, el internet, algunas redes sociales y chats en línea, al igual que ciertos videojuegos, ponen a disposición de cualquier usuario, sin importar su perfil personal, contenidos inapropiados, así como la posibilidad de interactuar con personas desconocidas y de orígenes distintos, a tan solo un clic de distancia.

Si lo analizamos desde el punto de vista del desarrollo sexual algunas consecuencias que los niños y adolescentes están experimentando al entrar en constante contacto con páginas web de pornografía o videojuegos con contenidos sexuales son:

  • El aprendizaje de una sexualidad distorsionada en la que el vínculo afectivo no existe.
  • La desensibilización y carencia de empatía hacia las necesidades y emociones de otras personas.
  • Adicción y una constante exposición a imágenes cada vez más duras.
  • La normalización de relaciones sexuales con violencia y abuso.
  • Ansiedad por no saber cómo filtrar los contenidos que se ven ni qué hacer con ellos.
  • La creencia de que el placer sexual se centra únicamente en el acto sexual sin considerar la parte afectiva.
  • Entre otros.

Padres de familia, tutores y maestros debemos estar alerta de las tendencias que siguen los chicos y chicas, estudiarlas y actualizarnos para poderlos guiar.

Pero aún más importante, es abrir espacios de prevención, comunicación y de reflexión para ayudarlos a analizar el discurso detrás de este tipo de contenidos, a identificar los riesgos que puede implicar estar en contacto con éstos, y a advertirlos de las consecuencias y el impacto que pueden tener en su desarrollo  personal y en su relación con otras personas.

Si te interesa contratar un taller para prevención de riesgos en la red, uso de videojuegos, o para trabajar en tu institución para que tus alumnos trabajen en el desarrollo de habilidades emocionales, sociales y cognitivas que les ayuden a tomar mejores decisiones y a evitar conductas de riesgo, envía un correo electrónico a aleprieto@emocioneser.com.mx

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