El ego como un efecto ilusorio.

En Bienestar por Ale Prieto

Dominar y manipular personas y/o situaciones, son actitudes que no nos permiten confiarnos a la vida. Pero, ¿de dónde surgen estas conductas?

Dominar y manipular personas y/o situaciones, son actitudes que no nos permiten confiarnos a la vida. Pero, ¿de dónde surgen estas conductas?

Dominar y manipular personas y/o situaciones, son actitudes que no nos permiten confiarnos a la vida. Pero, ¿de dónde surgen estas conductas?

A diferencia de los animales, al nacer los seres humanos somos completamente indefensos y dependemos de los otros para existir. Para satisfacer nuestras necesidades básicas requerimos de los demás, ya que de no ser así difícilmente sobreviviríamos. Nuestros padres o tutores son quienes nos proveen de lo preciso para crecer y desarrollarnos en forma adecuada a través de recursos como el alimento, la protección, la prevención de enfermedades, el cobijo, etc.

Sin embargo, es a partir de la indefensión del recién nacido que en éste surge de forma natural lo que se conoce como ego, cuya función principal es ser una capa protectora y un medio para comunicar necesidades. Un claro ejemplo es cuando el bebé tiene hambre o está cansado y llora para ser atendido e interpreta estas actitudes como la manera de conseguir lo que quiere; al controlar su entorno se convierte en el centro del universo.

El ego está formado por recuerdos, únicamente vive en nuestro pasado y se alimenta de aquellos miedos que fueron parte de nuestros primeros años de vida, el problema es cuando al transformarnos en adultos continuamos actuando de la misma manera y nos convertimos en dictadores, sin darnos cuenta que el ego nos hace una mala juagada al hacernos creer que es a través del control de los otros y de nosotros mismos que lograremos ser felices.

Cuando el ego se pone en acción nos creamos preocupaciones, enfermedades y situaciones de vida que no nos corresponden, limitándonos a ser. Trabajar en nuestros miedos e identificar lo que hoy sí cabe en nuestras vidas y lo que no, nos hace seres responsables en camino hacia la auto realización.

Para cambiar y crecer hay que aprender a soltar.

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